viernes, marzo 10, 2006

A ver, no es que esté muy de acuerdo con la crítica que hace este poema, pero está gracioso, por ESO lo pongo:



ROMANCE DE LA ESO Dicen que va en retroceso la enseñanza de la E.S.O. Comprobarlo un padre quiso y asaltó, sin previo aviso, a su hija de quince años, que, con modales huraños, con evidente impaciencia, con tono de displicencia y prostibulario atuendo, así le fue respondiendo: -¿Cuándo vivió Alfonso Sexto? -No está en mi libro de texto. -¿Y está Felipe Segundo? -A ese siempre lo confundo. -¿Y doña Juana la Loca? -En este curso no toca. -Dí algún monarca absoluto. -No se da eso en mi instituto. -¿Y cuándo se perdió Cuba? -Esta... ¡tiene mala uva! -Pues dí un pintor español. -Eso no entra en el control. -¿No sabes quién fue Picasso? -No. De esas cosas, yo paso. -¿Cuándo acabó la Edad Media? -Pues vendrá en la Enciclopedia. -¿Y las Navas de Tolosa? -¡Me preguntas cada cosa...! -¿Y qué fue la Reconquista? -Si me dieras una pista... -¿A qué equivalen mil gramos? -¡Pero si eso no lo damos! -¿Qué son los números primos? -Eso tampoco lo dimos. -¿La ecuación de primer grado? -Pues tampoco la hemos dado. -¿Y sabes mucho latín? -¡Lo dices con retintín...! -Y tampoco darás griego -Se escribe raro, me niego. -¿Quién fue Ortega y Gasset? -Lo miraré en internet. -¿No estudias filosofía? -¿Para qué me serviría? -¿Y has dado Literatura? -No sé... No estoy segura. -¿Quién compuso "la Odisea"? -No tengo ni zorra idea. -¿En qué obra sale Calisto? -No, papá, eso no lo he visto. -¿Y Gonzalo de Berceo? -No viene en el libro, creo. -¿Y Calderón de la Barca? -¡Huy, papi, no me seas carca! -¿Clarín, Baroja, Unamuno...? -Pues no me suena ninguno. -¿Algún autor del Barroco? -De eso sé bastante poco. -¿Quién fue el Manco de Lepanto? -Papá, no preguntes tanto. -Pero, ¿no leéis a Cervantes? -¡A ese lo leeríais antes...! -Lo tuyo, hija, es deplorable... -Pues he sacado notable -Y de ciencias, ¿sabes algo?. -Me voy, que esta noche salgo. -Pero, entonces, tú ¿qué sabes? -¡No me esperéis: tengo llaves! Y el padre quedó perplejo: al mirarse en el espejo se notó cara de idiota. Musitó una palabrota y fue a meterse en la cama. Así acaba este epigrama.